Cuando no habían pasado ni tres días desde el regreso del presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky tras su visita crucial a Washington un bombardeo ruso en la ciudad de Jersón, en el sur del país, dejó diez personas muertas y al menos 55 heridos.
La cifra fue confirmada por el subjefe de la Oficina Presidencial, Kyrylo Tymoshenko, quien agregó que “los médicos están luchando por la vida de las víctimas”. También dijo que 18 de los heridos se encuentran en estado grave.
“No hay instalaciones militares ni siquiera cerca. Este es un ataque dirigido contra civiles”, agregó Tymoshenko.
“Los agentes del orden ya están investigando este acto terrorista”, y añadió que “los inhumanos que dieron esta orden criminal y la ejecutaron serán llevados ante la justicia”.
Yaroslav Yanushevych, jefe de la administración militar de la región de Jersón, pidió el sábado a los residentes que donen sangre para ayudar a salvar las vidas de las personas heridas en el bombardeo.
Horas después del ataque, Zelensky condenó el bombardeo ruso de este sábado y lo calificó como un acto de “terror”.
“El país terrorista sigue trayendo a Rusia en forma de bombardeos contra la población civil de Jersón. En la mañana deeste sábado, en la víspera de Navidad, en la parte central de la ciudad”, se lamentó Zelensky.