Donald Trump hizo historia este lunes al convertirse en el primer expresidente de Estados Unidos en ser juzgado bajo acusaciones penales. Enfrentado a 34 cargos por delitos graves en un tribunal de Nueva York, el republicano argumentó que es víctima de un sistema de justicia penal armado en su contra.
Por decisión del juez Juan Mechan, que encabeza el juicio contra el exmandatario por un caso de dinero supuestamente obtenido de manera subrepticia, Trump no podrá presentar argumentos sobre la inmunidad presidencial ante la Corte Suprema, la próxima semana, y está obligado a asistir a la totalidad de su juicio en Nueva York, a menos que obtenga un permiso especial para faltar.
Molesto por la decisión del juez, el republicano arremetió contra él a la salida del tribunal, y calificó todo el proceso como una «cacería de brujas política» en medio de la contienda electoral por la presidencia.
Trump estaba particularmente molesto con Merchan por impedirle asistir en mayo a la graduación de bachiller de su hijo Barron.
«Que no puedo ir a la graduación de mi hijo, o que no puedo ir a la Corte Suprema. Que no esté en Georgia o Florida o Carolina del Norte, haciendo campaña como debería hacerlo, es perfecto para los demócratas erráticos. Eso es exactamente lo que quieren», aseveró, añadiendo que el proceso es una «interferencia electoral».