Las exigencias en el Olimpia son consideradas siempre las más grandes en el país por lo que representa su historia y por tal razón cada partido es clave y los clásicos aún más, situación que no se ha podido en este torneo Clausura.
La carrera exitosa de Pedro Troglio en el banquillo merengue le dejó la vara muy alta a Pablo Lavallén, quien tomó las riendas de los albos, pero su sello aún no se refleja en la piel del león.
Durante su mandato en este torneo, Lavallén ya le tocó probar la mieles del triunfo, el sabor agridulce de los empates y el trago amargo de la derrota.
Más allá de estar ubicado en el segundo lugar de la tabla de posiciones con 10 puntos en el presente torneo Clausura, la nota reprobada hasta el momento son los clásicos, ya que cayó ante el Marathón, empató con el Motagua y tropezó con el Real España.
El poco conocimiento de la Liga Nacional le está pasando factura en estos duelos directos ante los rivales denominados grandes, donde pese a que su estilo de juego es de siempre manejar el buen trato del balón, los resultados se le han complicado.
Los merengues de Pablo Lavallén no han podido anotar primero en los clásicos, siempre le tocó remar contra la corriente: 1-0 ante el monstruo, tuvo que empatar a las águilas y a la Máquina, este último no le ganaba hace 10 encuentros.
El sueño del pentacampeonato para la casa blanca se tambalea si los duelos claves de los clásicos no se logran ganar.