Los países de la OTAN pueden acordar el establecimiento de una serie de «corredores militares» en Europa, conocidos también como ‘Schengen militar’, y anunciar los primeros resultados al respecto antes de la próxima cumbre que se celebrará en julio, reporta el periódico británico The Times.
«Creo que podemos empezar esto y reducir o ajustar la burocracia dondequiera que sea posible y necesario», señaló Alexander Sollfrank, quien encabeza el Mando Conjunto de Habilitación y Apoyo de la OTAN (JSEC, por sus siglas en inglés), una instalación en la ciudad alemana de Ulm que coordina el movimiento de tropas y de equipo militar del bloque en todo el continente europeo. «Todos pueden empezar. Solo háganlo y no esperen. Porque en última instancia, no tenemos tiempo que perder», afirmó.
Además, el alto militar se opuso a la burocracia en la cuestión de la «intercambiabilidad» del equipo militar. En modo de ejemplo, mencionó la prohibición a paracaidistas de usar paracaídas de otros países si no hay problemas técnicos o de seguridad.
En noviembre del 2023, Sollfrank ya había instado a los países europeos a establecer una ‘zona militar Schengen’ que permita el rápido movimiento de tropas, equipos y municiones en caso de que estalle una guerra con Rusia. «Nos estamos quedando sin tiempo. Lo que no hagamos en tiempos de paz no estará listo en caso de crisis o de guerra», sostuvo.
Exceso de reglamentos y poco tiempo
Sollfrank no es el primer militar que llama la atención sobre los problemas logísticos y burocráticos del bloque en Europa. «Tenemos un exceso de reglamentos, pero lo único que no tenemos es tiempo», advirtió el almirante Rob Bauer, jefe del comité militar de la OTAN.
En el 2016, el teniente general Ben Hodges, entonces comandante de las Tropas del Ejército de EE.UU. en Europa (USAREUR), calificó de insuficiente la infraestructura de transporte disponible en caso de conflicto armado, por lo que también instó a crear una ‘zona militar Schengen’ para el libre movimiento de las tropas de la Alianza Atlántica.
3 años después, el Pentágono publicó una solicitud de concurso con la que pretendía aumentar la capacidad de despliegue de las USAREUR, superando así las restricciones para el acceso de contratistas a las instalaciones militares estadounidenses y de la OTAN en Europa.