El exdirector de la Policía Nacional de Honduras, Juan Carlos Bonilla Valladares, alias ‘El Tigre’, compareció este miércoles ante su primera audiencia en la Corte del Distrito Sur de Nueva York para responder por delitos de narcotráfico y posesión de armas.
Un día después de ser extraditado a EE.UU., desde Tegucigalpa, en un avión de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), ‘El Tigre’, de 62 años, fue presentado esta jornada ante la jueza federal Katharine H. Parker.
Durante la audiencia, que tuvo una duración de 20 minutos, la jueza Parker revisó la situación financiera de Bonilla Valladares y le designó un abogado público.
Será hasta el próximo 10 de junio cuando ‘El Tigre’ comparezca nuevamente ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York para que le lean los cargos que se le imputan, y pueda manifestarse si se declara inocente o culpable de las acusaciones.
Podría declararse inocente
El abogado en Honduras de ‘El Tigre’, Ramón Matamoros, expresó el martes que su cliente podría declararse inocente «de todos los cargos» que se le imputan, aunque dependerá de las pruebas en manos de la Justicia estadounidense.
«Cuando él [Bonilla Valladares] vea todas las pruebas, él decidirá si colaborar o no […] Si se declara culpable, la reducción (de la pena) es de 10 años. Si la Fiscalía [General de EE.UU.] le ofrece una reducción de la pena a cambio de información, y esa información le puede servir para involucrar a más personas, entonces él tomará su propia decisión», agregó el abogado.
Acusación de EE.UU.
La Oficina del Fiscal para el Distrito Sur de Nueva York acusa a Bonilla Valladares de conspiración para importar cocaína a EE.UU., así como de posesión y conspiración para usar ametralladoras y dispositivos destructivos con el objetivo de promover la importación de drogas.
‘El Tigre’ fue miembro de la Policía Nacional de Honduras de 1998 a 2016. Entre 2012 y 2013 fue director de la institución.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, ‘El Tigre’ utilizó estos cargos oficiales para facilitar «el tráfico de cocaína , y usó la violencia, incluyendo el asesinato, para proteger a la célula particular de narcotraficantes políticamente conectados con los que se alineaba», incluido el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández —en espera de su juicio en Nueva York por delitos de narcotráfico—, y su hermano, el excongresista Juan Antonio —condenado a cadena perpetua en EE.UU.—.
«A cambio de sobornos pagados con ganancias de drogas, Bonilla Valladares ordenó a miembros de la Policía Nacional de Honduras, que estaban armados con ametralladoras, que dejaran pasar cargamentos de cocaína a través de retenes policiales sin ser inspeccionados ni incautados», acusaron las autoridades estadounidenses.