Nuevos análisis de laboratorio realizados por especialistas en antropología e historia, y difundidos este miércoles, revelan nuevos detalles sobre los restos humanos descubiertos en los últimos meses cerca de la pirámide conocida como Estructura 18, en la zona arqueológica Moral-Reforma, en el estado de Tabasco, México.
Los restos mostraban marcas de corte hechas con un objeto afilado sobre la segunda vértebra cervical, conocida también como hueso axis –que permite la rotación lateral del cuello–, indicando que fueron decapitados, aunque no han podido determinar si antes o después de morir. Los estudios sugieren que fueron parte de un sacrificio ofrendado al templo-pirámide de la plaza oriental, durante el período clásico tardío de la civilización maya (600-900 d.C.).
El investigador del Centro de Antropología e Historia, Francisco Apolinar Cuevas Reyes, quien ejerce de director del proyecto arqueológico en este antiguo asentamiento, destacó que se habían recuperado 13 entierros cercanos a la escalinata sur de la Estructura 18. Los restos se encontraban a menos de medio metro de profundidad y pertenecían a individuos del sexo masculino. Por su disposición, se cree que los cuerpos fueron desmembrados.