Un grupo de investigadores de instituciones científicas de EE.UU., Canadá y Australia reportó en un artículo, recientemente publicado en el servicio de preimpresión arXiv, evidencias de un agujero negro supermasivo fuera de control (SMBH, por sus siglas en inglés), tras detectar un rastro en el gas que rodea a una galaxia distante.
El descubrimiento tuvo lugar el pasado mes de septiembre, mientras se observaba la galaxia enana RCP28, ubicada a 7.500 millones de años luz de distancia de la Tierra, mediante el telescopio Hubble de la NASA.
En el estudio se detalló que el agujero negro fue expulsado de su galaxia anfitriona hace 39 millones de años luz, a una velocidad de 1.600 kilómetros por segundo. Asimismo, explicaron que el SMBH no es visible en el medio intergaláctico, aunque su rastro de formación estelar sí.
Los astrónomos explicaron que el rastro del agujero negro es producido cuando este comprime el gas que rodea a su galaxia de la que intenta escapar. En el caso del peso del SMBH, se sugirió que es 20 millones de veces más masivo que el Sol.
Respecto al rastro, los investigadores reiteraron que este apunta directamente al centro donde generalmente no se localizaría un agujero negro supermasivo. «Encontramos una línea delgada [rastro de gas] en una imagen del Hubble que apunta al centro de una galaxia», comentó el profesor de la Universidad de Yale (EE.UU.), Pieter van Dokkum, citado este martes por LiveScience.
«Usando el telescopio Keck en Hawái, descubrimos que la línea y la galaxia están conectadas», señaló Van Dokkum, quien aseguró que se infirió «a partir de un análisis detallado» que se está observando «un agujero negro muy masivo que fue expulsado de la galaxia, dejando un rastro de gas y estrellas recién formadas a su paso».
Explicando el origen de la fuga del agujero negro
En la investigación se propuso un mecanismo que permite a un agujero negro escapar del centro de una galaxia. En primer lugar, debe ocurrir una fusión de galaxias. Posteriormente, se formará en el centro del remanente de unión galáctica un SMBH binario. Por último, si un tercer SMBH interacciona con el sistema binario anterior, esta acción genera una gran velocidad en uno de los agujeros negros supermasivos, lo que permite que escape del núcleo.
Sin embargo, los especialistas recalcaron que no es necesario un tercer SMBH para que esto ocurra, ya que la eventual fusión de los dos primeros objetos astronómicos puede proporcionar el impulso para expulsar a uno de estos al espacio intergaláctico. «Si se confirma, sería la primera vez que tenemos evidencia clara de que los agujeros negros supermasivos pueden escapar de las galaxias», mencionó Van Dokkum.