En un intento por evitar una escalada con Pekín, la Casa Blanca está presionando a los senadores estadounidenses para que frenen un proyecto de ley que alteraría la política de EE.UU. hacia Taiwán, mejorando los lazos con la isla, según reportó Bloomberg la semana pasada.
La Ley de Política de Taiwán de 2022 pretende:
- Proporcionar casi 4.500 millones de dólares en ayuda a la seguridad durante los próximos cuatro años y designar a Taiwán como «principal aliado no perteneciente a la OTAN».
- Reformar las prácticas y procedimientos burocráticos para reforzar el apoyo al gobierno de Taiwán.
- Proporcionar apoyo adicional a la participación de Taiwán en organizaciones internacionales y en acuerdos comerciales multilaterales.
- Adoptar medidas concretas para contrarrestar las «agresivas campañas de influencia» de China.
- Crear un programa de becas para Taiwán.
- Establecer un sólido régimen de sanciones para disuadir a Pekín.
El proyecto está patrocinado por el presidente de Relaciones Exteriores, el senador demócrata Bob Menéndez, y el senador republicano Lindsey Graham, duros críticos de la política china hacia Taiwán. Los legisladores indicaron que las reacciones de la Administración tanto al viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, como al nuevo proyecto legislativo muestran que la Casa Blanca está siendo demasiado cautelosa.
«Están tratando de obstaculizarlo y diluirlo, porque parecen enfocar todos los conflictos de esa manera», señaló Graham. «Vamos a toda máquina. Estamos abiertos a cambios constructivos, pero el objetivo es apoyar más a Taiwán, no menos», agregó.
Por su parte, el legislador Menéndez, en un artículo de opinión publicado el miércoles pasado en el New York Times, declaró que la estrategia de EE.UU. debe estar orientada a «disuadir y limitar el comportamiento problemático de Pekín».
No obstante el panel de Relaciones Exteriores está retrasando el trabajo sobre la legislación hasta septiembre y puede ser reescrito.
¿Cómo reaccionaría Pekín?
Desde el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. aseguran que el proyecto de ley podría mejorar la cooperación con Taiwán, sin embargo, confirman las reservas de la Casa Blanca sobre ciertos aspectos: «Nos preocupan los elementos de este proyecto de ley que contradecirían y socavarían la antigua política de una sola China del Gobierno de EE.UU. y que contravienen las autoridades constitucionales del presidente para determinar la posición de EE.UU. sobre el estatus de Taiwán y para determinar la forma de las comunicaciones diplomáticas con los representantes de Taiwán», dijo la portavoz del Consejo, Adrienne Watson, en una declaración por correo electrónico.
Asimismo, algunos expertos pronostican que la designación de Taiwán como «aliado principal no perteneciente a la OTAN» significa que se le consideraría como uno de los socios globales más cercanos de Washington, especialmente en materia de cooperación comercial y de seguridad, lo que forzaría a Pekín a tomar medidas inmediatas.