Durante su intervención, Carlos III dijo a los parlamentarios que estaba «decidido a seguir fielmente» el ejemplo de Isabel II.
Posteriormente, el nuevo monarca viajo a Edimburgo, capital de Escocia, donde se encuentra el féretro de su madre y tomará parte en diferentes ceremonias.
A su llegada a la capital escocesa, el nuevo monarca y Camila saludaron a varias personas del público.
Ya por la tarde, la familia real tomó parte en una procesión fúnebre con el ataúd de Isabel II y en una posterior vigilia.