“Tomo unas siete gotitas de psilocibina [un tipo de hongo], equivalente a 1/20 de la dosis. Me siento más optimista, más centrado. Reduce mi dispersión y también me proporciona un extra de energía”, dice a Univision Noticias Iñaki Berazaluce, usuario habitual de microdosis.
El testimonio de Berazaluce, que también representa a BeckleyMed, una fundación que apoya la investigación con psicodélicos aplicados a terapia, es habitual entre los usuarios de microdosis. “La clave es que no es sicoactiva. Si tienes algún tipo de efecto visual es que te has pasado”, señala Berazaluce.
Los psicodélicos fueron designados como “Terapia innovadora” por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) y quedan pocas dudas sobre cómo acompañados de terapia son seguros y efectivos para tratar un amplio rango de enfermedades mentales.
Su irrupción llega, además, en un momento en que el consumo de antidepresivos y ansiolíticos está por las nubes (EEUU experimentó un incremento del 20% en recetas por antidepresivos y pastillas contra la ansiedad durante la pandemia).
Estas sustancias [más abajo incluimos un resumen de las más representativas] están siendo investigadas en instituciones que son pesos pesados en la salud institucional como el Hospital General de Massachusetts, afiliado con Harvard, que lanzó el Center for the Neuroscience of Psychedelics para estudiar el potencial de la psilocibina y otras drogas para tratar problemas como depresión, adicciones y traumas; el instituto Johns Hopkins, New York University o UCLA.
“Algunas personas tienen problemas para entender que se puede utilizar una droga de forma positiva, como una herramienta terapéutica para ayudar a superar una adicción, y tienen esta idea de que todas las drogas son malas. ¿Usar una droga para liberarse de otra droga? Pero eso es exactamente lo que está pasando con el uso terapéutico de los psicodélicos”, explicaba a Univision Noticias el veterano periodista Don Lattin, autor de «La nueva medicina psicodélica«, publicado recientemente en español.