El Departamento de Energía de EE.UU. anunció este lunes la aprobación preliminar de hasta 1.100 millones de dólares destinados a mantener en funcionamiento la última planta nuclear Diablo Canyon, ubicada en la costa central del estado de California.
«Es un paso crítico para garantizar que nuestra flota doméstica nuclear continúe proporcionando energía fiable y asequible para los estadounidenses como la mayor fuente de electricidad limpia del país», acentuó la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
Desde la empresa Pacific Gas & Electric, operadora de la instalación, aseguraron que el dinero federal se destinará a reembolsar un crédito concedido por el estado de California y permitirá ampliar las operaciones, así como también reducir los costos para los clientes.
La central, cuyos dos reactores gemelos estaban programados para su desmantelamiento en 2024 y 2025, fue elegida durante la primera ronda del desembolso de fondos que se planea realizar en el marco del Programa de Crédito Nuclear Civil (CNC, por sus siglas en inglés).
Dicho plan, que ayuda a rescatar a los operadores de plantas nucleares con problemas financieros, forma parte de los esfuerzos de la Administración actual por alcanzar la meta del 100 % de energía limpia para el 2035 y las emisiones cero para el 2050.
La decisión llega después de que el Departamento de Energía rechazara la solicitud de ayuda para reiniciar el funcionamiento de la planta nuclear Palisades, ubicada a orillas del lago Míchigan en el estado homónimo y que fue cerrada en primavera de este año tras generar electricidad por más de 50 años.
Revertir el cierre de las plantas
A nivel general, la energía nuclear representa un 50 % del total de electricidad libre de carbono que se genera en el país. Sin embargo, los costos de mantenimiento se mantienen al alza, dado que la mayoría de las 53 plantas comerciales con 92 reactores en 28 estados fueron construidas entre los años 1970-1990, reseña AP.
Desde 2013, 13 reactores nucleares fueron apagados de forma anticipada debido a los cambios en los mercados energéticos y otros factores económicos, precisan desde el organismo gubernamental.
En un intento de revertir la tendencia, la Casa Blanca lanzó en abril el plan bipartidista de infraestructura valorado en 6.000 millones de dólares para salvar las plantas nucleares que corren el riesgo de ser apagadas y seguir con su apuesta por combatir el cambio climático.