Joaquín Guzmán López, hijo del exjefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, secuestró el año pasado a su rival Ismael ‘El Mayo’ Zambada, lo sedó y lo llevó a EE.UU. para entregarlo a las autoridades de ese país con el objetivo de obtener beneficios legales en su propio caso.
Este fue el rumor que recorrió ambos países desde que el Gobierno de EE.UU. anunció que había detenido a Zambada y a Guzmán López, pero recién se confirmó esta semana durante la audiencia judicial del heredero del Cártel de Sinaloa que se llevó a cabo en un tribunal de Chicago.
El lunes, Guzmán López se declaró culpable de delitos de narcotráfico y se convirtió en «testigo colaborador», lo que le permitirá obtener una reducción en su pena.
Esto significa que consiguió el objetivo que buscaba con un secuestro que provocó un conflicto bilateral entre México y EE.UU. y una «guerra» al interior del Cártel de Sinaloa que impactó en el mapa criminal de América Latina, ya que se trata de una de las organizaciones que más se ha expandido a otras partes del mundo.
En su declaración, Guzmán López reconoció que el 25 de julio de 2024 citó a ‘el individuo A’, es decir ‘El Mayo’ Zambada, a una reunión, pero era una trampa.
Tensiones
En ese momento, los hijos de ‘El Chapo’, conocidos como ‘Los Chapitos’, llevaban años enfrentados a la facción que ‘El Mayo’ controlaba al interior del Cártel de Sinaloa, por lo que Guzmán López lo engañó con la propuesta de dialogar para tratar de resolver las tensiones en el grupo criminal.
Pero una vez que ‘El Mayo’ llegó a la cita pactada en Culiacán, Sinaloa, hombres armados que trabajaban para Guzmán Loera le pusieron esposas, una bolsa en la cabeza y lo llevaron al asiento trasero de una camioneta que se dirigió a una pista clandestina en donde los esperaba un avión.
