Varias universidades españolas se desvinculan de la polémica generada después de que la Policía Nacional informara de la desarticulación de una red criminal que, de forma ilegal, retiraba cadáveres de residencias y hospitales para venderlos a centros universitarios para su estudio.
Según varios testimonios recogidos por 20 Minutos, las universidades tienen estrictos protocolos con el fin de evitar los fraudes. En primer lugar, el donante tiene que haber expresado su voluntad en vida.
Las propias universidades, además, se encargan de gestionar esas donaciones. «Nosotros no aceptamos ningún cuerpo que no esté en nuestra base de datos de donantes. Y esa persona donante ha tenido que darnos su consentimiento expreso en vida y delante de unos testigos, que también han firmado el documento«, explican desde la Universidad de Valencia (UV).
«Ninguna funeraria puede acudir a nosotros para vendernos un cadáver», insistieron desde esa casa de estudios. De acuerdo a su protocolo, los familiares del donante se ponen en contacto con el centro educativo para comunicar el fallecimiento y la universidad llama a la funeraria para iniciar el procedimiento.
De hecho, desde la UV se cuenta que ni siquiera se aceptan las donaciones por iniciativa de la familia, muchas veces de escasos recursos económicos, si el finado no ha expresado su voluntad en vida.
La Universidad Jaume I, de la provincia valenciana de Castellón, emitió un comunicado el lunes en el que refiere que «solo trabaja con donaciones de cadáveres y que nunca se han adquirido cadáveres a través de un pago«. Del mismo modo, aclaran que es la institución docente la que se encarga gratuitamente de trasladar el cuerpo y de cumplimentar todos los trámites legales.
En el caso de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), su propia web alerta que la existencia de empresas fraudulentas que tratan de gestionar la donación de cadáveres de forma irregular.
«La UAM no tiene relación con las empresas que, anunciándose en internet como si fueran ‘Asociaciones’ o ‘Programas de Donación’, piden que se les done a ellas el cuerpo para la ciencia a cambio de encargarse gratuitamente de su recogida e incineración», aclaran.